Empezaremos definiendo ¿Qué es Violencia Doméstica? Es cualquier asalto hacia la integridad física, emocional, psicológica, sexual en contra de un cónyuge, novia/o, o una significativa relación.
La estructura de una relación abusiva posee un patrón muy sistémico, creando una relación con dos componentes; una la integra la víctima y el otro componente la integra el agresor. Creando un enlace psico-emocional muy fuerte, ya que en muchos casos el agresor busca una víctima, la cual tiene un perfil de extrema sumisión o falta de identidad por la cual es blanco fácil para crear esta coyuntura dañina. Es importante destacar que las estadísticas por muchos años mostraban que el mayor índice de violencia doméstica provenía del hombre hacia la mujer. Actualmente, los índices de violencia doméstica de la mujer hacia el hombre han estado incrementando a pesar de los años.
Analizando el perfil del agresor, el cual posee características que en algunos casos suelen percibirse fácilmente, sin embargo, en otros casos es casi imperceptible. Una de sus características predominantes es la necesidad de poder y control, las cuales se manifiestan como pilares principales en una relación de violencia doméstica. En cambio el perfil de la víctima, es totalmente contrario al de su adversario; la falta de identidad personal, poca autoestima son algunas de sus características predominantes. Hay casos en los que la persona sufre de violencia doméstica y no tiene características o no tienen un perfil de víctima, sin embargo, experimentan cierto tipo violencia. Este tipo de personas son conscientes que su relación con su pareja se está saliendo del orden normal, además toman medidas o acciones inmediatas, las cuales son de denunciar o alejarse del agresor poniendo a salvo su vida y la de sus hijos.
Hay muchas formas de abuso sin que existan signos de marcas visibles, las cuales se pueden manifestar de diferentes formas. 1. El Abuso Físico: aunque en la mayoría de las ocasiones el agresor deja marcas visibles en el cuerpo de la víctima, hay también abuso físico que sus daño ocurren internamente. 2. Abuso Sexual: este tipo de abuso incluye comportamientos relacionados a la intimidad sexual como manera de mantener el poder y el control en una relación sexual. 3. Abuso Psicológico o/y Emocional: el abuso emocional el agresor hiere intencionalmente las emocionas de su pareja, por ejemplo: la humillación, el miedo, la desconfianza y la vergüenza son influenciadas por este abuso, así como también, baja autoestima, y desvalorización como persona, etc. 4. El Abuso Económico: involucra el control y limitaciones de acceso a los recursos financieros.
La dinámica de poder y control es similar a una rueda ya que crea un círculo vicioso que es muy difícil pero no imposible de romper. En el centro de la rueda se ilustra el Poder y Control alrededor podemos mencionar que el agresor usa lenguaje dañino (sobrenombres, humillaciones, haciendo que se sientan inseguro, culpable, diciendo mentiras o privando de información a su pareja), la posición social (usando popularidad, clase, raza, haciendo todas las decisiones, siendo la única persona que defina los roles de la relación), usando tecnología (mandando inadecuados mensajes, entrando en las redes sociales, correos electrónicos o celular para manipular), también intimidación (mostrando miedo usando miradas, acciones o gestos, amenazando con armas), la minimización, negación y la culpa (minimizar el impacto del abuso, no tomando conciencia la seriedad del abuso, diciendo que el abuso no ha pasado, culpando del comportamiento abusivo al estrés alcohol, drogas, celos, o diciendo que la víctima es la causa del abuso), usando amenazas (las amenazas pueden ser físicas o sexuales, amenazas de abandono, de suicidio o hacer un reporte a la policía, haciendo cosas ilegales, amenazas de exponerse a enfermedades de transmisión sexual, estatus migratorio u otra información privada), el asalto sexual (manipulación de tener relaciones sexuales, dar alguna bebida o droga para obtener sexo, destruyendo o rehusando el uso de anticonceptivos o alguna protección para la prevención de enfermedades de transmisión sexual, haciendo comentarios sexuales, haciendo miradas inapropiadas o diciendo bromas sexuales, algún manoseo, acercamiento, frotamiento, pellizcos a la pareja sin su consentimiento), usando la exclusión (controlando a la pareja a donde, donde y con quien sale, decidiendo a quien ver, hablar, o como debe vestirse, limitando actividades al aire libre, presionando en ser parte de algún grupo, aislando de los familiares o amigos), la violencia física (golpeando, pateando, sacudiendo, mordiendo). Estas son tácticas que el agresor utiliza para demostrar el poder y tener el control. En algunas ocasiones se muestran muy evidentes y en otras son tan sutiles que es difícil de observar.
La raíz de un agresor es la necesidad de ganar, mantener el poder y tener el control de la persona. Los agresores se representan en todas las diferentes clases sociales, razas, religiones, edades, personas desempleadas o altos cargos. Es importante mencionar que la violencia cruza todas las barreras culturales, etnias, religión, orientación sexual, edades, y estatus social. Prevalece en todas en todas las comunidades, no es única de ninguna clase social, raza, cultura u orientación sexual. La mayoría de los abusadores son violentos solo con sus parejas o miembros de la familia, generalmente tienen comportamiento apacible fuera del hogar.
Los abusadores buscan cualquier recurso disponible para ganar y mantener el control, por ejemplo: 1. Minimizando la autoridad de la víctima hacia los niños. 2. Interfiriendo con las necesidades de los niños. 3. Culpando de violencia y abuso a la víctima. 4. Forzando al niño a estar a su lado. 5. Amenazas de herir o matar a los niños. 6. Haciendo que los niños vean el abuso. 7. Animando a los niños para que presionen a la víctima para una reconciliación después del abuso.
Los abusadores utilizan a cualquier persona, circunstancia u objeto para mantener el control y poder, sin importar el daño que le puede estar ocasionando a las personas a su alrededor.
Las víctimas de violencia doméstica sufren diferentes trastornos tanto en el área psicológica como física. Las personas que sufren de violencia domestica suelen tener padecimientos en su salud, por ejemplo: artritis, migrañas, dolores crónicos en el cuello, problemas digestivos, ulceras, indigestión, diarrea, constipación, depresión, fatiga, abuso de droga y alcohol, abortos, deficiencias sexuales, infertilidad y enfermedades de transmisión sexual. Las mujeres embarazadas que son víctimas o sobrevivientes de violencia doméstica suelen tener traumas o poner en peligro sus embarazos. Tienen mayor probabilidad de sufrir depresión, baja autoestima, fumar y beber más durante el embarazo, atentados suicidas, y un bajo apego con el bebe. El bajo peso al nacer del bebe o embarazo no al término son también consecuencia de que los bebés y madres sufren durante su gestación. Cuando las mamás están en tiempo de lactancia y son víctimas de violencia doméstica, tienen un alto porcentaje de sufrir depresión post parto y ser menos activas a dar de amamantar. Los recién nacidos también sufren grandes consecuencias por ser víctimas de violencia doméstica. Podemos mencionar algunas: los recién nacidos pueden sufrir daños físicos, mentales, y psicológicos. Los bebés pueden sufrir fracturas, traumas, el nivel de estrés es tan alto que incrementa la cantidad de la hormona del estrés y puede causar grandes impactos en la salud del bebe. Así mismo, los infantes o niños sufren consecuencias por ser víctimas de violencia doméstica. Suelen manifestar problemas físicos como por ejemplo: retraso en su desarrollo, incontinencia urinaria, vómitos, diarreas, asma, problemas digestivos, dolores de cabezas, entre otros. Así también, pueden padecer de problemas mentales como: estrés postraumático, ansiedad, depresión, desarrollar retraso, y agresividad. En cualquier edad en que un menor se encuentre durante este siendo víctima de violencia doméstica, tiene consecuencias en sus comportamientos, en su salud física y mental.
Es importante conocer e informarse sobre los daños que puede causar la violencia doméstica en nuestras familias. La mejor manera de contrarrestar un mal es informarnos sobre él. El empoderamiento de una vida fuera de violencia doméstica tiene las siguientes estrategias de cambios: 1. Escuchar: Proveer a las víctimas un lugar de oportunidad para hablar y contar su historia, clarificar cualquier duda y que ellos no entiendan, identificar las esperanzas y los miedos y buscar los recursos que necesitan para poder salir de ese círculo vicioso. 2. Informar: Decirles sobre los recursos disponibles en la comunidad, explorar sus circunstancias y discutir lo bueno y lo malo del caso. 3. Facilitar: Ayudarles a crear un plan de acción, buscar horarios específicos de tiempos y fechas para darles seguimientos, explorar un plan de contingencias, ayudar a crear un plan personalizado de supervivencia.
Hay diversos tratamientos o terapias tanto para la víctima como para el abusador. Aunque la víctima es el paciente, realmente el paciente identificado es el abusador. Ya que, es un adulto dañado posiblemente con traumas desde su infancia, las cuales nunca fueron resueltas. El tratamiento no solo debe estar enfocado hacia la víctima, sino también hacia el abusador. Si el abusador no resuelve sus traumas o conflictos internos, estará siempre en la búsqueda de víctimas, una y otras más, hasta que acepte que tiene un problema y busque ayuda, si no estará dañando a más y más personas. Hay muchas terapias hoy en día, como el manejo de la ira que es muy efectiva, pero todo cambio empieza desde el momento que el abusador quiere cambiar y tomar una conducta diferente. La terapia de familia y consejería matrimonial, son otra herramienta importante para ayudar en esta problemática, sin embargo, el terapeuta debe ser una persona altamente calificada y con una amplia experiencia en el manejo de esta técnica. Puesto que, en una sesión de terapia se manifiestan todas las incomodidades frente a frente, el abusador puede tomar como represalia el confortamiento. Así mismo, existen centro de protección de víctimas de violencia domésticas, en cada lugar de donde usted reside hay un número de emergencia para víctimas, las cuales todas funcionan las 24 horas del día los 7 días de la semana. La mejor manera para prevenir y/o salir de este vínculo dañino es educándose. LA ÚNICA PERSONA RESPONSABLE DE ROMPER ESTE CÍRCULO VICIOSO ES LA VÍCTIMA.

Psicologa.
Especialista Salud mental y crecimiento personal.
