NO QUIERO CARICIAS QUE DAÑEN…

NO QUIERO CARICIAS QUE DAÑEN…

Nunca nos hemos imaginado que un simple hecho como demostrar cariño, puede llegar hacer tan importante y significativo en la vida de una persona y llegar a tocar su alma de una manera que podría dejar marcas, ya sea para bien o para mal. Entendemos el significado físico porque lo hemos experimentado miles de veces. La sensación de demostrar y recibir cariño es algo que lo hacemos en forma automática ya que por naturaleza fuimos creados para sentirnos queridos y querer. La manifestación de esta conducta llega a contribuir lazos afectivos muy fuertes por aquellos que la reciben y por ende por quien lo expresa también. Hay estudios que demuestran que un niño que no obtuvo amor o caricias durante la niñez suelen convertirse en adultos con rasgos depresivos o tener poca expresión de afecto hacia otras personas. Esto nos conlleva a analizar que tan importante es un gesto de cariño y qué tipo de cariño podrían existir?.
Mostrar cariño a otros es un espejo de nuestros sentimientos. Lo que se demuestra a nivel emocional eso es lo que se contiene en el interior. Una madre cariñosa con sus hijos demuestra que en su interior hay mucho amor para dar. De otra manera, padres que hieren a sus hijos lo que demuestran que en su interior podría haber frustración, falta de afecto o desesperanza entre otras. Es muy importante mencionar que las caricias llenas de amor tiene un efecto positivo en la disminución del estrés y la depresión. Esto conduce que esos niños llegan a convertirse en adultos felices, sanos y llenos de vida porque se está suplementando lo que necesitan como seres humanos; el aprecio y amor de los demás hacia ellos.
Anteriormente mencionamos los efectos positivos que conlleva recibir caricias llenas de amor. Sin embargo, hay otras caricias que no tienen un efecto positivo en un ser humano, ya que producen temor, miedo, desesperanza, etc. Ejemplificaremos dos tipos de caricias más comunes: 1. Las caricias que duelen: son aquellas “muestras de afecto” que se demuestran por medio de golpes, jalones de cabello o ropa, nalgadas, cortadas, etc. Este tipo de “caricia” es un tipo de violencia física hacia la persona que lo recibe. Hay personas, padres, y/o familiares que demuestran su cariño hacia sus seres queridos de esta manera. Aunque en muchos hogares se practica este tipo de “caricias”, NO es la correcta. Los niños que crecen en este ambiente, suelen llegar a tener manifestaciones de estrés o ser violentos o pueden ser víctima de bullying. En muchas ocasiones pueden manifestar malos hábitos, como por ejemplo; comen por ansiedad, o se aíslan ya que prefieren estar lejos de la persona que “supuestamente le está demostrando cariño”. Suelen tener expectativas incorrectas del futuro y de las personas que podrían amar. En algunos casos, suelen tomar el mismo patrón que sus padres o suelen rodearse de personas con las mismas características de caricias toxicas, que en vez de suplementar una necesidad básica como sentirse amado lo que provoca es que sientan rechazo y desolación.
Es importante prestar atención a la manera de cómo se da o se recibe el afecto, muchas personas suelen escudarse en que su crianza fue de esa manera o que su personalidad es así. Hasta que punto esto es justificado?. El ser humano es un ser capaz de discernir entre lo correcto o lo incorrecto. Así mismo, hay algo que se llama percepción. Aquello que dicta que algo no está bien. De muchas formas se puede percibir que algo no anda bien. Pero en muchas ocasiones se justifica la conducta ya sea por miedo o por amor.
2. “caricias que dan temor”, este tipo de “caricias” se manifiestan por manipulación de partes intimas o lo relacionado a toque sexuales inapropiados. Este tipo de “caricias”, suelen percibirse como un juego, o como algo considerado “normal”. Sin embargo, para la persona que lo está recibiendo lo que percibe es temor y miedo. Es ahí donde se manifiesta el discernimiento el darse cuenta que algo no está bien. La persona muestra incomodidad, se siente desconcertada, con temor, entre otras manifestaciones físicas, y/o emocionales.
Las personas que fueron víctimas de esta clase de “caricias” pueden llegar a manifestar el mismo patrón ya sea en su niñez o en la edad adulta. Es un patrón de comportamiento muy recurrente en estos tiempos, muy lamentable ver esta realidad, pero es más común de lo que podamos imaginar. Las personas que son víctimas de este tipo de comportamiento insano y aberrante, pueden enjaular sus recuerdos y sentimientos como mecanismo de defensa para no hacer un daño mayor. El cuerpo y la psique son tan sabio que opta por tomar esas medidas extremas para proteger a la persona, ya que se da cuenta que la víctima no tiene la suficiente madurez para manejar lo ocurrido en ese momento. Sin embargo, cuando sale a flote de una u otra manera llega a afectar un área de la vida de la persona afectada, ya sea en la salud, en sus relaciones sentimentales o de amistad. Cuando llega a surgir esos recuerdos dolorosos, es porque la psique sabe que la victima esta emocionalmente más capacitada en manejar esa problemática y aunque el proceso duele pudo encontrar un escape o alternativa para sanar esas heridas o se encuentra con más recursos disponibles para poderlo manejar de una manera sabia.
Podemos ver como una “muestra de cariño”, puede desencadenar consecuencias negativas ya sea en el área física, psicológica, emocional, espiritual y/o mental en una persona, y ser afectada de por vida o dejar afectada una etapa de su vida. Tenemos que estar muy atento a las señales que los hijos dan y discernir que comportamientos son o no los más comunes a su edad. Ellos mismo pueden dar la pauta que algo no está bien. Un punto muy importante en cualquier tema que queramos conocer o indagar, es buscar información pertinente, como por ejemplo: si se tiene hijos con edades escolares buscar información sobre todo lo relacionado en el comportamiento a esa edad en todas las áreas. Así se conoce más a profundidad o al menos lo necesario para sobrellevar cada etapa de los hijos. Profundizar y estar más al tanto de los amigos de los hijos, hablar con las maestras, observarlos más en la casa y como su comportamiento se está desarrollando.
Pedir ayuda a un profesional es otra recomendación, ya que ser guiada por una profesional ayuda a entender algunos problemas o expandir los conocimientos pertinentes. La cual guía y pueda dar claves para manejar cualquier tipo de situación. Se debe de tener muy presente que nadie conoce a los hijos como los mismos padres, así que se debe estar al tanto de sus necesidades no solo físicas, sino emocionales, psicológicas y espirituales.

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